Saturday, October 18, 2008

Mi ángel


Un día estaba yo caminando por el mundo, viendo personas pasar, observando su modo extraño de comportarse, analizando su forma de caminar y escuchando las cosas sin sentido que decían. En ese entonces me parecía un lenguaje bastante familiar, haber crecido entre todas estas influencias y pensamientos creo en mí un cierto efecto de afinidad.

Mi primera reacción, unirme, confundirme, encajar, y así intente fuertemente, sin tener algún éxito. Desanimado me tome un descanso y me puse a ver más personas de todo tipo, flacas, gordas, altas, bajas, sonrientes, tristes, amargadas, inteligentes, animadas, etc. Entre tanta diversidad, vi a lo lejos una personita que me llamó la atención, pero en ese momento no le hice caso, simplemente me conforme con saber cómo era físicamente y su nombre.

El tiempo, mi gran aliado y mi principal enemigo, paso y conocí a más personas, yo las veía de manera extraña, como diciendo quiénes son estos seres, sin embargo decidí intentar acercarme un poquito más. Les di mi afecto y mi cariño, esencialmente a una sola persona, pero también le di mi desconfianza y mi inmadurez, tocó con gran fuerza mi corazón, hasta el punto de germinar raíces, pero debí saberlo, a pesar de su extraña diferencia con las demás personas, seguía siendo la misma escoria que había conocido siempre. Poco a poco estas raíces incrustadas en el fondo de mi corazón se fueron pudriendo, llenándome de enfermedad y desilusión, la mayor parte de mi vida perdió sentido y me acosté en una cama de nostalgia, recuerdos e indiferencia.

Pasé así largo tiempo, hundido en un mar de ambiciones superficiales, rascando la superficie y tocando fondo, un ciclo tras otro. Desesperado intenté salir a flote, nade y nade sin poder ver la superficie, entonces nade aún más fuerte y al fin logre divisar un pequeño reflejo al fondo, “Si!!!”, grite, “Al fin he llegado a la superficie”. Con gran animó emergí entonces, lleno de alegría, en paz por saber que el gran esfuerzo había valido la pena. Poco a poco abrí mis ojos, vi un vasto océano que se mecía violentamente entre subidas y bajadas, sentía como el agua salpicaba mi rostro y como grandes destellos de luz cegaban mi vista, o si, me encontraba yo en medio de una tormenta…

Nadé y nadé, entre rayos y olas enormes, tratando de pensar que esto iba a acabar en cualquier momento, cada vez que lograba tomar un bocado de air, una ola venía y me zambullía en las profundidades, siento yo que me ahogaba, luchaba y salía a la superficie de nuevo, solo para toparme con otra enorme ola que me sumergía de nuevo a la obscuridad y los restos de lo que alguna vez fui.
Todo esto se siguió repitiendo hasta que una ola gigante me cayó encima seguida por el dolor y las quemaduras de un rayo que decidió crear su camino atreves mío, mi cuerpo débil no podía seguir mas, mi cerebro mandó señales de emergencia a todo mi ser, dejándome así, totalmente inconsciente…

Vagaron mi pedazos por todo el océano por saber ni cuánto tiempo, cuando por fin desperté, me encontraba tirado en una playa, su arena era blanca como la nieva y su selva verde intenso. “Que bien”, exclame, “hay agua y comida, puedo sobrevivir fácilmente”. Comencé entonces a explorar ese nuevo hábitat, camine por días y días, y en cierto momento algo me pareció muy parecido, “hey, esa es la roca donde sucumbí ante el mar, ese es el árbol del que me aferre para levantarme”, claro, había ya recorrido la isla entera, me encontraba solo, completamente solo.

Con este suceso, me propuse salir de la isla, arme mi balsa con lo que pude y subí cuantas provisiones me fueron posibles. Zarpé hacia esta gran masa de agua esperando lo mejor.
Pasaba un día, pasaban dos días, pasaban 10 días y las provisiones se quedaron cortas, estaba yo bajo aquel sol abrazador que quemaba cada centímetro de mi carne, mis labios estaban quebrados, mis brazos sin fuerzas, mi ojos secos, mi nariz sangrando y el sueño se apoderó de mi.

Quede tumbado sobre los pocos trozos de madera que aún conformaban mi balsa, sin fuerzas, sin energías, sin voluntad, con deseos de morir.

Poco después vi al horizonte un gran destello de luz, “otra tormenta”, pensé yo y me preparé para lo que parecía sería mi fin. Sin esperanzas me deje llevar y acepte con serenidad y resignación aquel cruel destino que la vida me había preparado.
Estaba a escasos metros del gran destello, me sorprendí, pude diferenciar una silueta, “que es esto?”, grite con mis últimas fuerzas, “por favor, no me hagas más daño, no quiero sufrir más, mátame, por lo que más quieras, mátame!”.
Este ser tan extraño no respondió, pero logre notar con dificultad que su cabeza apuntaba en mi dirección, pareciera que me está observando, “pobre imbécil” ha de estar pensando. En un abrir y cerrar de ojos, el destello de desvaneció y este imponente ser apareció justo enfrente mío!!!

Quede atónito, no podía creerlo, era un ser de piel blanca, tenía unos ojos celestes de extraordinaria divinidad, poseía una cara de ángel, parecía tener un carisma que me envolvía y su cariño se dejaba notar con la calidez de su mirada.

Sorprendido me quede paralizado, “ no puede ser!!”, pensé, “eres tu aquella persona que conocí hace tiempo y que nunca le puse mayor atención, porque vienes a salvarme?”, le dije. Ella, con dulce voz, me respondió, “Andrés, tu y yo no pertenecemos acá, somos seres diferentes y extraños en este mundo, me costó mucho encontrarte pero por fin estoy acá”.

Sin saber que decir, tuve una serie de revelaciones, el porqué no encajaba en ningún lado, el porqué todos me parecían extraños, porque no podía entender a las demás personas, todo estaba resuelto, esta persona no era extraña, sentí gran comodidad, afinidad, calidez e, increíblemente, un gran cariño por ella. Ya no estaba más yo solo, encontré a alguien que parece venir de donde yo vengo.

Ahora estoy lleno de gozo y alegría, una vez ella me dijo que yo no estaba solo mi soledad desapareció.
Posted by Picasa

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